ELECCION INCONDICIONAL
Ulises S. Grant, Fué el nombre del presidente numero 18 de los Estados Unidos, quien fue el jefe de las fuerzas de la Unión durante la guerra civil norteamericana y que luego fue el presidente de los Estados Unidos,
recibió un apodo durante su carrera militar por sus iniciales U. S. en inglés Unconditional Surrender (Rendición Incondicional) porque cuando vencía al enemigo no permitía una paz negociada que implicara acceder a ciertas condiciones.
Y así tenemos este concepto de lo que es incondicional y que en el acróstico TULIP es la U para elección incondicional en inglés.
Este es otro de esos términos que considero que puede ser un poco confuso y prefiero simplemente usar el término (elección soberana,) pero esto desbarataría las siglas TULIP en inglés y no sólo sería RULIP sino que ahora sería RSLIP y eso no rima en inglés.
¿De qué estamos hablando cuando utilizamos el término elección incondicional? Esto no quiere decir que Dios va a salvar a la gente, sin importar que vengan o no vengan a la fe.
Hay condiciones que Dios decreta para la salvación siendo una de ellas poner nuestra confianza personal en Cristo.
Pero esa es una condición para la justificación y la doctrina de la elección es otra cosa. Está relacionada a la doctrina de la justificación, pero cuando hablamos de la elección incondicional estamos hablando, en un margen muy estrecho, de la doctrina de la elección misma. La pregunta a este punto se convierte entonces en: ¿Sobre qué base Dios escoge o elige salvar a ciertas personas? ¿Es en base a alguna reacción prevista, respuesta, o actividad de los elegidos?
Es decir, muchas personas que tienen una doctrina de la elección o predestinación lo ven de esta manera: Que desde toda la eternidad Dios nos mira a través de todos los tiempos y sabe de antemano quien va a decir sí a la oferta del Evangelio y quién va a decir no.
Y en base a este conocimiento previo, aquellos quienes Él sabe que cumplirán con la condición para la salvación, es decir, de expresar la fe o creer en Cristo, sabiendo que hay quienes cumplirán con esa condición, es en base a eso que luego los elije para salvarlos.
Así que elección condicional significa que la gracia electiva de Dios es distribuida por Dios en base a alguna condición previa que los seres humanos ejercen por sí mismos.
Mientras que en la idea O TEOLOGIA BAUTISTA (reformada) se llama elección incondicional es decir que no hay una acción previa o condición cumplida por nosotros, que induzca a Dios para decidirse a salvarnos, sino que la elección se basa en la decisión SOBERANA de Dios para salvar a quien Él se complace salvar.
Ahora dirigimos nuestra atención a la carta de Pablo a los Romanos en el capítulo nueve (9)
donde encontramos una discusión de este concepto. En Romanos 9 a partir del versículo 10, leemos esto: “Y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama),
se le dijo: El mayor servirá al menor Como está escrito: A Jacob amé, más a Esaú aborrecí.”
Aquí en el capítulo 9 el apóstol Pablo está dando su exposición sobre la doctrina de la elección.
Él había tratado esto extensamente en el capítulo 8 y ahora está ilustrando su enseñanza acerca de la doctrina de la elección, regresando al pasado del pueblo judío y mirando en las circunstancias que rodearon el nacimiento de los gemelos – Jacob y Esaú.
En el mundo antiguo era costumbre que el hijo que nace primero recibiría la herencia o la bendición patriarcal.
Pero en el caso de estos gemelos Dios invierte el proceso y da la bendición no al mayor, sino al menor.
Y el punto que el apóstol explica aquí, es que esta decisión no es en base a algo que hubieran hecho o de algo que ellos harían.
El punto es que la decisión no solo se hace antes de su nacimiento, lo que es evidentemente obvio, sino que lo que Pablo detalla aquí no es en base a lo que hagan bien o mal, sino que Pablo usa esta ilustración para mostrar que los propósitos de Dios prevalecen.
De modo que esto no depende de nosotros, sino que sólo se basa en la decisión soberana de la gracia de Dios.
Ahora, en el versículo 14, leemos estas palabras: “¿Qué, pues, diremos? ¿Qué hay injusticia en Dios?
En ninguna manera.” Y otras traducciones dicen, “Dios no lo quiera”. Y otras: “Por supuesto que no.” Pablo hace esta pregunta retórica, inmediatamente después de exponer su metáfora del nacimiento de Jacob y Esaú y la preferencia de Dios por uno antes que el otro, sin considerar sus obras.
Ahora sabemsos por testimonio de muchos y las doctrinas que se levantan , como el arminianismo, que muchos difieren de la posición del Apostol Pablo, y se levantan en protesta diciendo eso es una injusticia!
como es posible que un Dios justo va a escojer a una persona para salvarla y condenar a otra a un castigo eterno antes que estos puedan hacer una elección
Uno de los aspectos que podemos conciderar, que puede ayudarnos a entender es el hecho de que cuando nos proponemos, exponer un argumento en una de las cosas que pensamos es tener pespuestas a las objeciones, y Pablo como buen maestro anticipa esas objeciones,
Pablo de antemano sabia que a alguien eso le pareseria injusto y por eso formula la pregunta V14¿Qué, pues, diremos? ¿Qué hay injusticia en Dios?
y la respuesta del Apostol es: En ninguna manera.” Y otras traducciones dicen, “Dios no lo quiera”. Y otras: “Por supuesto que no.”
si Pablo trataba de enseñar un punto de vista semi-pelagiano o arminiano de la elección por el cual, a fin de cuentas, la elección de una persona se basaba en que esa persona cumpla algún tipo de condición, para que a las finales dependa de ti, y de lo que tú hayas hecho y de lo que esta otra no haya hecho. ¿Quién haria objeción alguna acerca de lo que es ser injusto? ¿Quién podría formular una objeción sobre ese ser, que implique una injusticia en Dios? Eso pareciera ser claramente justo.
O esperen un minuto, esto significa que Dios es injusto, pero el apóstol se anticipa a esa respuesta. ¿Y cuál es la enseñanza que genera esa respuesta? Es la enseñanza de que la elección es incondicional.
Es cuando enseñas que la elección recae, en última instancia, solo en la voluntad soberana de Dios y no en los hechos o acciones de los seres humanos en quienes surge la protesta. Y así es como Pablo se anticipa a la protesta, “¿Hay injusticia en Dios?” Y él contesta con la respuesta más contundente que se pueda dar en el idioma: “Dios no lo quiera.”
Luego él sigue y lo aclara: “Pues a Moisés dice: “tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca.” Aquí el apóstol le recuerda a la gente lo que Moisés ha venido declarando desde siglos atrás; esto es, que es el derecho divino de Dios ejecutar clemencia ejecutiva cuándo y dónde Él así lo desee.
Él dice desde el principio “Yo tendré misericordia del que yo tenga misericordia”. No de aquellos que cumplan con mis condiciones, sino de aquellos en los que me place otorgar el beneficio.
Ahora, quisiera hacer un gráfico en la pizarra con trazos muy simples que representen personas y estas a su vez representen a las masas de la raza humana, y voy a poner seis equis en el borde, y voy a poner un círculo alrededor de tres de ellos y otro círculo alrededor de los otros tres.
Y, digamos que un círculo representa a las personas que reciben este don inefable de la gracia divina en la elección y el otro círculo representa aquellos que no lo reciben. Y hagamos la pregunta: si Dios elige soberanamente conceder su gracia en algunos pecadores y retener su gracia de otros pecadores ¿Hay alguna violación de la justicia en esto? Si nos fijamos en los que no reciben este regalo. ¿Reciben algo que ellos no se merecen? Por supuesto que no. Si Dios deja que estos pecadores perezcan, ¿Los está tratando injustamente? Por supuesto que no. Un grupo recibe gracia; el otro recibe la justicia. Nadie recibe injusticia.
Y Dios, así como un gobernador de estado, puede permitir que ciertos criminales culpables reciban la medida completa de su pena impuesta, pero el gobernador también tiene el derecho de perdonar, de dar clemencia ejecutiva si lo declara.
Así que la persona que recibe el indulto recibe misericordia; los otros. y si el gobernador reduce la condena de una persona, ¿Significa que está obligado a hacerlo con los demás? ¿Bajo qué regla de justicia? ¿Bajo qué regla debería ser así? Bajo ninguna.
Pablo estaba diciendo que no había injusticia en esto porque Esaú no merecía la bendición en primer lugar, y no recibe la bendición.
Dios no ha sido injusto con Esaú. Bueno, Jacob no merecía la bendición tampoco, y él sí recibe la bendición. Jacob recibe la bendición; Esaú recibe la justicia. Y luego, en ningún momento se ha cometido una injusticia. Pero ¿a qué se debe? ¿Cuál es el propósito de esto? Bueno Pablo luego en el versículo 16, y este es un versículo muy importante en Romanos 9. Empieza con esta palabra: “Así que”. Es más, o menos como la frase “por lo tanto”.
Él está llegando a una conclusión. Y dice: “Así que, (entonces) no depende del que quiere ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado en toda la tierra. De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece.”
Ahora usted podría pensar que cuando Pablo habla tan enfática y claramente como lo hace aquí, cuando declara que no depende de quién quiere ni del que corre, se podría pensar que eso finaliza todos los debates y todas las discusiones y todas las teorías y todas las doctrinas que, al final del camino, hacen que la elección sea condicional a aquel que quiere.
Pero Pablo aniquila la voluntad humana como base para la elección soberana de Dios. La única base que puedo encontrar, según las Escrituras, es que, sí, la salvación se basa en la voluntad. Y sí, se basa en la libre elección. Ahora estoy confundiendo a todo el mundo.
Pero se basa en la voluntad y la libre elección de un Dios soberano que elige. Pablo enseña en otro libro de la Biblia, según el puro afecto de su voluntad.
Efesios 1: 4según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,
Ahora, si usted me pregunta por qué estoy en la fe y soy parte del reino de Dios y mis amigos no, sólo puedo decirles que no lo sé, pero lo que sí sé: Es que no se trata de algo que hice para merecerlo; no es una condición que logré en mi carne. La única respuesta que puedo dar es que fue por gracia de Dios.
Y me pueden preguntar ¿Por qué me da esa gracia a mí y no a otra persona? Y si empiezo a dar una respuesta que sugiera que fue porque Dios percibió algo bueno en mí, entonces ya no estaría hablando de gracia. Estaría hablando de alguna cosa buena que hice y que fue la base para que Dios me eligiera. Pero yo no tengo nada como eso para ofrecer.
Si hay algo que la Biblia enseña una y otra y otra vez, es que la salvación es del Señor. Y esto, sí, está en el corazón de la Teología ( bautista) Reformada, no porque estemos interesados en asuntos abstractos de la predestinación soberana y que solo disfrutamos del placer intelectual que la especulación sobre esta doctrina produce, sino más bien el punto central en esta teología, como lo fue en la T de depravación total, es en la gracia la que afirma que se quite todo mérito de mí, toda dependencia de mi justicia para mi salvación y pone el foco en donde pertenece, en la misericordia inefable y la gracia de Dios, quien tiene el derecho eterno y soberano a tener misericordia de quien tenga misericordia; por lo que, no es del que quiere, sino de la voluntad divina, no del que corre, sino de Dios.
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