AMARTIOLOGIA #4 PECADO ORIGINAL (DEPRAVACION TOTAL DEL HOMBRE)
Deciamos en nuestro estudio anterior, que aun cuando la biblia misma declara que el hombre en su condicion natural es incapas de hacer o sugetarce a la voluntad de Dios, como nos dicen los siguientes textos:
1ra Corintios 2:14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente
Romanos 7:19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí
1ra juan1:8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. 9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 10 Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros
El hombre aun es capas de hacer cosas sivicamente buenas, como estableser leyes que benefician al publico, devolver carteras sin tomar el dinero, ayudar una anciana a cruzar la calle, etc,
incluso en nuestros momentos más devotos hay una onza de carne mezclada allí, ¿no? Incluso en la humanidad que ha cido redimida todavía no contamos con obediencia perfecta a Dios.
Y mientras vivimos en un estado de distanciamiento eso se agrava aún más.
Así que lo que los teólogos quieren decir cuando hablan de incapacidad moral es de ese pecado original,
mientras estamos en esta condición caída, mientras estamos en este estado de non posse, non peccare, (incapacidad de no pecar) no somos moralmente capaces de hacer las cosas de Dios. Para hacer el bien que Dios requiere.
Ahora, Jesús lo dijo de esta manera cuando describió la condición del hombre. Dijo:
Juan 6:44 «Nadie "puede" venir a mí si el padre no le trajere». Ahora ese ‘si no’ apunta a una excepción, y Jesús comienza con un negativo universal(nadie) que describe la capacidad humana.
No está diciendo que a ningún hombre le es permitido venir a mí a menos que sea concedido por el Padre, dice que ningún hombre puede.
Nadie puede venir a mí a menos que Dios haga algo.
por eso Jesús dice: lo que es nacido de la carne, carne es,( en otras palabras todo lo que procede de esa naturaleza tiene la misma naturaleza) y esa palabra ‘carne’ en el Nuevo Testamento, – no siempre – pero generalmente se refiere a esta condición caída por la cual estamos en cautiverio al pecado,
muertos en el pecado, y otra frase que la Biblia utiliza es: está bajo pecado. No estamos encima del pecado, si-no el pecado está encima de nosotros.
Romanos 3:9¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están "bajo pecado"
Y así la Biblia nos dice que los deseos de nuestro corazón y nuestro estado natural sólo son inicuos de continuo.
Genesis 6:5 Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.
Y para nosotros abrazar a Cristo, venir a Dios y hacer las cosas de Dios, las cosas santas de Dios, requiere que de alguna manera seamos liberados de esta prisión del pecado original
lo cual se logra, para nosotros, por la obra soberana y sobrenatural de Dios el Espíritu Santo.
Es por eso que Jesús dijo que para que una persona si quiera vea el reino de Dios y mucho menos entre en el, tiene que nacer de nuevo.
Porque lo que nace de la carne es ¿qué? Carne. Y en nuestra carne, dice Jesús, no podemos hacer nada. juan 15:6
Y eso no es algo insignificante. Entonces, debido a nuestra caída, estamos en una posición tan moralmente impotente, que se necesita nada menos que una obra sobrenatural de Dios que Pablo llama: vivificación del Espíritu Santo para llevarnos a la vida espiritual, sacándonos de un estado de muerte espiritual. Efesios 2:1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
Ahora bien, no todos en la historia cristiana están de acuerdo con este concepto biblico ,pero que fué introducido en la teologia por Agustin DE Hipona ,
Pero muchas teorías abundan hoy en la iglesia que dicen que sí, hay algo malo, no somos perfectos, estamos caídos y la caída es incluso seria, pero todavía nos queda algo rectitud en nuestras almas por la que podemos dar el primer paso hacia nuestra reparación, y podemos comenzar con una inclinación justa a reponder afirmativamente al llamado de Dios ,
mientras la misma biblia (la palabra de Dios nos dice que somos tan corruptos, y estamos tan muertos – no sólo enfermos, estamos muertos – no sólo temporalmente detenidos, sino que estamos en cautiverio, en prisión al pecado, que no podemos hacer nada fuera de la gracia abundante de Dios que inicia el proceso de nuestra redención.
Muy bien, así que tienes ese debate que se lleva a cabo en la comunidad cristiana entre el alcance o la magnitud de la caída. Y la tradición agustiniana, que dice que la caída se extiende a toda la persona en todos los grados y a cada parte de nosotros, a nuestras mentes, nuestros corazones, nuestros cuerpos.
Nuestros cuerpos nos fallan, nuestra vista se vuelve tenue, nuestro cabello se vuelve blanco o ,, y se cae , nuestra fuerza se disipa, nos enfermamos, morimos. Y la Biblia dice que todo eso es el resultado de la influencia del pecado sobre nuestros cuerpos. Pero el poder del pecado afecta nuestro cuerpo, afecta nuestros corazones, afecta nuestras voluntades, afecta nuestra mente.
Todavía podemos pensar, todavía tenemos cerebros, todavía tenemos mentes, pero nuestro pensamiento se distorsiona, cometemos errores lógicos, permitimos que la parcialidad nuble nuestro juicio.
Todavía tenemos una voluntad. No hemos perdido la facultad ni la capacidad de tomar decisiones. Todavía somos criaturas hechas a imagen de Dios. tenemos que distinguir entre la imagen, en sentido estrecho, y la imagen en el sentido más amplio. Y con la caída, perdimos la imagen de Dios en el sentido estrecho. Perdimos la capacidad de ser perfectamente justos.
Pero en esa pérdida de la imagen estrecha, todavía estamos a la imagen de Dios en el sentido más amplio, en el sentido de que todavía somos humanos. Todavía tenemos voluntades. Todavía tenemos mentes. Todavía tenemos corazones. Todavía tenemos cuerpos. Tan corruptos como puedan ser, nuestra humanidad no ha sido borrada por la caída.
Es el poder de nuestra humanidad el que ha sido tan radicalmente afectado por la caída y a través de ella, lo que nos deja en este estado que Pablo nos resume en el tercer capítulo de Romanos donde dice esto: “No hay justo, ni aún uno. No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios; Todos se han desviado, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno”.
Si yo saliera hoy en la televisión nacional y dijera: ‘Permítanme darles mi evaluación personal de la condición moral de las personas en el mundo’, y dijera: ‘Déjenme decirles lo que pienso.
No creo que haya nadie en este mundo que sea justo. Ni uno solo. No hay nadie aquí que entienda y no hay nadie que por naturaleza busque a Dios. Todo este asunto de los buscadores que oímos hablar, ¿quién es ese describiendo? Porque la Biblia dice que no hay nadie en su estado natural que busque a Dios. Todos son inútiles. Todos se han desviado, y no hay nadie ni siquiera uno que haga el bien, nadie’. Si dijera eso en la televisión internacional sería el hazmerreír de todos por dar una evaluación lunática del carácter moral de la raza humana.
Pero esa es la evaluación de Dios, al juzgarnos según su norma y según su estándar y según lo que Él quiere decir por bondad y según lo que Él quiere decir por rectitud y según lo que Él quiere decir por entendimiento. Nos mira y ve que en nuestro estado natural no tenemos ninguna de estas cosas
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