Friday, July 24, 2020

ESTUDIO GENERAL DE LA BIBLIA 

GENESIS

GENESIS 1: La Creación





La palabra “Génesis” significa: origen, inicio.
En hebreo, el libro de Génesis se conoce como “Bereshit”, que literalmente significa: “En el principio”.  El título viene de las primeras palabras del libro.
(Génesis 1:1)  En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

El tema general del libro es: el origen de la humanidad, al igual que el origen del pueblo de Dios, Israel.

No es casualidad que la Biblia comience así.  No sólo se trata de comenzar “por el principio”, sino porque es necesario saber de dónde venimos, pues esto nos da identidad.  
Si sabemos de dónde venimos…sabremos quiénes somos. 
Si sabemos quiénes somos…sabremos hacia dónde vamos.


LA CREACIÓN
La Biblia claramente nos dice que la existencia del hombre y de todo lo que hay en la Tierra, y en el universo, no es producto de un accidente ni es una casualidad.  Fuimos creados por Dios, y fuimos hechos con un propósito. 

El primer capítulo de Génesis describe cuál fue el proceso de la creación:

Día 1:             la Luz (1:1-5) 
Día 2:             Separó las aguas de las aguas (1:6-8)  
Día 3:             Tierra Seca y Vegetación (1:9-13)
Día 4:             las Lumbreras (1:14-19)  
Día 5:             Animales: peces y aves (1:20-23)
Día 6:             el Ser Humano (1:24-31)


LA LUZ
Lo primero que Dios hizo en la Tierra fue traer luz, ya que ésta estaba desordenada, vacía y en tinieblas.
 (Gen. 1:3-4)  Entonces dijo Dios: Sea la luz. Y hubo luz.  (4)  Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.



Esta luz (heb. Ohr) no era la del sol ni la luna, ya que éstos fueron creados en el 4° día.  Entonces, ¿cuál era esa “LUZ”?  Juan lo señala claramente:
(Juan 1:1-5)  En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.  Este era en el principio con Dios.  Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.  En él estaba la VIDA, y la vida era la LUZ de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella

Sabemos que el “VERBO” es Jesús (heb. Yeshua).  Él ha estado desde el principio, y participó en la creación, porque Él es Dios.  La vida salió de Jesús, y esa vida trae luz que brilla aún más que las lumbreras.  Es la “luz de la vida”.
(Juan 8:12)  Otra vez Jesús les habló, diciendo:  Yo soy la LUZ del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. 

(Col. 1:15-18) Cristo es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación, porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.  Y él es antes que todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten. Él es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia, y es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia.

(2 Cor. 4:6)  Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la LUZ, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. 
 (Heb. 1:1-2)

Esta misma luz será la que va a iluminar la Nueva Jerusalén, en el mundo nuevo, tal como está escrito al final de Apocalipsis.
(Apoc. 22:3-5)  Y ya no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará allí, y sus siervos le servirán.  (4)  Ellos verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.  (5)  Y ya no habrá más noche, y no tendrán necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará, y reinarán por los siglos de los siglos.

La luz del primer día es la Luz espiritual que da vida espiritual, y nos separa de la oscuridad y el mal


 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.

Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.

Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.

Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día.

Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas.

E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así.

Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo.

Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así.

10 Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno.

11 Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así.

12 Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno.

13 Y fue la tarde y la mañana el día tercero.

14 Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años,

15 y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así.

16 E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas.

17 Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra,

18 y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno.

19 Y fue la tarde y la mañana el día cuarto.

20 Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos.

21 Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno.

22 Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra.

23 Y fue la tarde y la mañana el día quinto.

24 Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así.

25 E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno.

26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.

27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.

30 Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así.

31 Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.

 Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos.

Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo.

Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.

Todo lo que respira alabe a JAH.
Aleluya esto es un decreto de parte de Dios, no es una opcion , si usted respira si tiene vida debe alabar a Dios

salmos 150:1-6 ¡Aleluya!

¡Alaben a Dios en su santuario!
¡Alábenle en su poderoso firmamento!
¡Alábenle por sus proezas!
¡Alábenle por su inmensa grandeza!
¡Alábenle con toque de corneta! ¡Alábenle con lira y arpa!
¡Alábenle con panderos y danza! ¡Alábenle con instrumentos
de cuerda y flauta!
¡Alábenle con címbalos resonantes! ¡Alábenle con címbalos de júbilo!
¡Todo lo que respira alabe al SEÑOR[a]! ¡Aleluya!

El hombre en el huerto del Edén

Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos,

y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra,

sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra.

Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.

Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado.

Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.

10 Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos.

11 El nombre del uno era Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro;

12 y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y ónice.

13 El nombre del segundo río es Gihón; éste es el que rodea toda la tierra de Cus.

14 Y el nombre del tercer río es Hidekel; éste es el que va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates.

15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.

16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;

17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

18 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.

19 Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre.

20 Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él.

21 Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar.

22 Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.

23 Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona,[a] porque del varón[b] fue tomada.

24 Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.

25 Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.

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