La semana pasada, hablabamos de como Dios nos estimula y nos anima, y mas aún nos dá mandamientos de poner un alto en nuestras labores cotidianas, y poner nuestra atención a Él, mientras simultáneamente permitimos a nuestro ser (espiritu alma y cuerpo) tomar un reposo, de nuestras rutinas diarias, y renovar así fuerzas, y recobrar ánimo,
y esto lo hizo no solamente expresado en madamiento como lo vemos en EXODOS 20:8 Acuérdate del día de reposo[a] para santificarlo. 9 Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; 10 mas el séptimo día es reposo[b] para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. 11 Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo[c] y lo santificó
Sino que tambien nos dió ejemplo directo como lo vemos en Génesis 2: 3 Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.
Si pudieramos entender que el trabajo forzado surgió, como resultado de la maldicion, hecha por Dios contra el hombre, y como consecuencia el cansancio,
esto nos ayudaria a no ver el trabajo como fuente de bendicion y restauración de nuestra condicion de pecadores delante de Dios, porque por alguna razón creemos que el trabajo, es suficientemente poderoso como para justificar en no obedecer a Dios, estoy trabajando, estaba trabajando, voy a trabajar, es la excuza, y pensamos que Dios la tiene que aceptar,
Genesis 3, 17 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. 18 Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. 19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.
Aquí en esta parte de la historia vemos un tono completamente diferente de parte de Dios, que al principio cuando le dió la opción de comer y cuidar del huerto
Genesis 2,15 Tomó pues Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. 16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; 17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás
en esta primera parte ellos serian mas que todo administradores, trabajarian cuidando y verificando, el buen funcionamiento de las cosas, no habria cansancio, ni dolor ni frustraciones, ni pleitos, ni insatisfacciones, todo seria agradable, y se haria con placér, porque Dios estaria satisfecho
Pero vemos que despues que el hombre incurriera en pecado, el trabajo se bólvio una carga pesada, e incomoda, esto porque no produciria los resultados que hubieramos deceados, sobre todo porque Dios ya no estaria satisfecho, Esque nuestra satisfaccion en el trabajo, es que Dios esté satisfecho con nosotros y con lo que hacemos, y como nosotros lo que hacemos despues del pecado lo hacemos para busqueda de nuestra gloria y no para la gloria de Dios, eso hace que Dios ya no esté satisfecho, y como resultado nosotros tampoco.
Y como resultado del trabajo ahora tenemos el cansancio, frustraciones, etc. y todo porque pensamos que en el (trabajo) encontraremos el propócito de la vida, aunque hay quienes afirman haber encontrado el propócito de sus vidas en algun trabajo,
esas declaraciones pudieran ser cinseras, pero por la palabra de Dios y las experiencias humanas sabemos que la vida al final sin Dios, no es otra cosa mas que vanidad y miseria,
sin fruto alguno, EL PREDICADOR nos dice que es vanidad debajo del sol
eclesiastes: 2,1 Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad. 2 A la risa dije: Enloqueces; y al placer: ¿De qué sirve esto? 3 Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que anduviese mi corazón en sabiduría, con retención de la necedad, hasta ver cuál fuese el bien de los hijos de los hombres, en el cual se ocuparan debajo del cielo todos los días de su vida. 4 Engrandecí mis obras, edifiqué para mí casas, planté para mí viñas; 5 me hice huertos y jardines, y planté en ellos árboles de todo fruto. 6 Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el bosque donde crecían los árboles. 7 Compré siervos y siervas, y tuve siervos nacidos en casa; también tuve posesión grande de vacas y de ovejas, más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén. 8 Me amontoné también plata y oro, y tesoros preciados de reyes y de provincias; me hice de cantores y cantoras, de los deleites de los hijos de los hombres, y de toda clase de instrumentos de música.
9 Y fui engrandecido y aumentado más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; a más de esto, conservé conmigo mi sabiduría. 10 No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena. 11 Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol
Mateo 11,28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. 29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; 30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga
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